viernes, 23 de octubre de 2009

Juego Peligroso: capitulo 7


CAPITULO 7:


Desperté de repente en casa de mi madre, en Barcelona. Era el día 1 de septiembre, eran las 6 de la mañana y me tenia que levantar enseguida para coger el avión que me llevaría a mi casa en Los Ángeles. ¿Pero todo esto había sido solo un sueño? Había parecido tan real...pero era imposible que eso hubiese pasado ni fuese a pasar...por eso era un sueño...
Me monté en el avión a las ocho y cuarto, y llegue al aeropuerto de Los Ángeles a las cinco de la tarde. Llegue a casa, me comí un trozo de pizza que había preparada y me fui a dormir, como en mi sueño.
Al día siguiente vi a mis amigos del instituto, y, en clase de arte, conocí a un nuevo alumno, alto, moreno, y con los ojos tan negros como el carbón.
¿Su nombre?
Matt
Creo que al fin y al cabo no era solo un sueño...

Juego Peligroso: capitulo 6

aqi teneis un nuevo capitulo d mi storia, spero q os guste^^

CAPITULO 6:


Pasaron las horas, y nosotros seguíamos hablando. Hablamos de todo: de música, del grupo, las clases y el insti, y de lo más importante: de porqué había estado pasando de mi,
aunque al principio le costó un poco admitirlo y se puso rojo, pero acabó por explicármelo todo. Por suerte para mi, mi padre estaba de viaje hasta el domingo, porque cuando llegue a casa eran mas de la una de la mañana.
-Bueno, hemos llegado a tu casa. Mañana paso a recogerte. Y quédate con la chaqueta, mañana me la devolverás.
Por ultimo, me acompaño hasta la puerta y me besó en la frente despidiéndose de mi.
Por muy mal que lo pasase aquella tarde, había sido el mejor día de mi vida.
Aquella noche dormí de un tirón, aunque seguro que había sido por haber estado horas y horas en compañía de Matt. Pero tanto comer bollos me había pasado factura por la mañana. Sentí como mi estomago se contraía cada dos por tres, y que poco después de levantarme necesite ir al baño urgentemente para vomitarlo todo, pero eso no mejoraría mucho más a lo largo del día.
Al no poder comer nada, me vestí más despacio de lo normal y estuve estudiando para el examen de Historia hasta que fuese la hora de marcharme. Pero en el momento en que ya estaba recogiendo todo para irme, sonó la bocina de un coche. Era más, era el coche en el que Matt me llevó a casa, y por lo que se ve, no mentía cuando me dijo que me recogería al día siguiente. Cogí mi cartera y su chaqueta y salí corriendo por las escaleras para irme ya.
-Ey, buenos días –dijo Matt –Tienes mala cara. ¿Los bollos te sentaron mal?
-¿Cómo lo sabes?
-Por que parece que no hayas dormido en una semana. Estas mas pálida de lo normal, demasiadas ojeras y las mejillas verdes de haber estado vomitando.
-¿Tanto se nota?
-Sí, bastante. Anda monta, pero si te mareas avisa que no quiero limpiar la tapicería de mi coche.
La verdad es que tenia unas pintas horribles. Y creo que él se quedó corto al describirme. Pero de repente, su voz volvió a interrumpir mis pensamientos.
-Bueno Andrea. Te presento a mi hermano Chris. Tiene quince años, y como nuestros padres no están, le tengo que llevar yo al instituto, por desgracia. Anda, saluda enano.
-Hola –dijo Chris, en tono burlón -¿Tu eres la novia de mi hermano no? Encantado.
-No, yo no...yo no salgo con tu hermano –dije, casi sin poder articular palabra –No estamos saliendo juntos...
-Bueno sí, lo que tu digas...
-Enano, anda cállate –dijo Matt, que note como le estaban subiendo los colores al igual que a mi.
Al cabo de veinte minutos llegamos al instituto donde todo el mundo se giró al verme salir del coche de Matt. Incluso Michelle se quedó alucinada, y enseguida me tiró del brazo para pedirme detalles.
-¿Qué paso?¿Te pidió salir?¿ Como es que te ha venido a recoger?
-Resulta que ayer por la noche fui andando a casa, y un atracador me siguió, por lo que el me salvó y me llevo a mi casa. Y hoy no se porqué me ha venido a recoger.
-¡Qué fuerte!¡Amy se va a tirar de los pelos!¿Y que sabes de él?¿Te ha contado algo?¿Sabes ya porque pasaba de ti?
Y yo, durante las horas de clase que tenía con ella me disponía solamente a contestarle todas las preguntas que me hacía.
A la hora de comer terminé rápidamente ya que en la cafetería no estaba Matt, por lo que cogí mis libros para ir a estudiar a la biblioteca. Cuando iba por los pasillos del instituto, completamente vacío a esas horas, oí tres voces, dos de las cuales reconocía, discutiendo sobre algo en la biblioteca.
-Tienes tres días para entregarme a la chica.
-Mi hermano no lo va a hacer, ¡entérate ya!
-¡Cállate Chris! Yo sé lo que tengo que hacer, y estoy solo en esto, ¡así que vete de aquí!
-¡No me voy a ir y dejarte aquí solo!
-¡Vete! Por favor, vete. No quiero que te pase nada.
Entonces Chris salió de la biblioteca, y, por suerte para mi, no me vió. Mientras, Matt y la voz misteriosa siguieron discutiendo.
-No hay ninguna chica –repuso Matt con tono nervioso -¿Cómo te voy a entregar a alguien que no sé ni quién es?
-Mientes. Sabes exactamente a quién me refiero –dijo el hombre misterioso con una voz extremadamente grave –Si no me la entregas en tres días serás tu y tu familia quién sufra las consecuencias. De ella, ya me encargaré yo.
En ese momento me di cuenta de qué chica estaban hablando: de mí. Las lágrimas se me saltaron y salí de allí antes de que me viese nadie. No podía creer que Matt me hubiese mentido. ¿Y quién era el hombre con el que hablaba? Un alumno no podía ser, y un profesor tampoco. ¿Y que querían de mi?¿Todo lo que Matt había hecho por mi el día anterior no era más que un plan?¡No tenia sentido! Salí del instituto a toda prisa hacia mi casa, con las lágrimas ya a la altura de la boca, y con ganas de no haber conocido nunca a Matt, y mucho menos haberme enamorado de él.
Cuando llegué a mi casa, me tiré encima de mi cama a llorar aún más que antes, cuando me sonó el móvil. Era Michelle, pero no se lo quise coger porque no quería hablar con nadie. Como vió que no se lo cogía, me mandó un sms en el que decía que dónde me había metido y que Matt me estaba buscando para llevarme a casa, pero tampoco se lo respondí. Resignada, me levanté de mi cama, fui a la cocina a coger helado de chocolate y me puse en el sofá del salón a ver películas.
Cuando me levanté a dejar la tarrina de helado de nuevo en la cocina sonó el teléfono. Era Matt, y esta vez si se lo cogí:
- ¿Hola?
- Hola Andrea. Soy Matt. ¿Dónde te habías metido?
- ¿Y a ti que te importa?
- Me importa porque se supone que tenía que llevarte a casa.
- Pues no hacía falta porque ya he ido sola.
- ¿Pero has perdido el juicio?¿Y si te hubiese pasado algo?
- Sí, pero no me ha pasado nada, y me voy que tengo que hacer cosas. Adiós.
- Espera...
Pero para entonces ya había colgado. No quería aguantar más mentiras, y no le iba a seguir escuchando. Me cambié de ropa, cogí el coche de mi padre, y me dirigí al local donde ensayaba nuestro grupo. Estuvimos allí hasta las once de la noche, y cuando volví a casa, estaba alguien esperando. Y, como no, era Matt.
-Estaba preocupado por ti –dijo él, todo colorado como un tomate –creía que te había pasado algo, estabas muy rara.
-¿Yo?¿Rara? No me pasa absolutamente nada, estoy perfecta.
-Andrea, no me mientas –me dijo muy serio, casi se le salían los ojos de las órbitas –sé que te pasa algo conmigo, pero no sé que es. Dímelo por favor.
-Vale vale, esta bien. Es que...os he visto a ti y a tu hermano hablando con alguien en la biblioteca y...sé de que estabais hablando. Lo que no sé es por que.
-Andrea, tu no tienes nada que ver con eso.
-¿Ah no?¿Y entonces de quien estabais hablando acaso?¿De Amy?¡Venga ya! Ahora no me mientas tu a mí.
-Vale, te lo explicaré todo, pero mejor que pasemos a tu casa antes porque es muy tarde.
Yo ya estaba de los nervios, con un nudo en la garganta y con ganas de volver a llorar. Pero ese día le iba a dejar las cosas bien claras a Matt. Ya estaba harta de juegos.
Pasamos a mi casa, cerré la puerta con llave y entonces vi a Matt con algo en la mano que no sabia que era.
-¿Pero qué...? –fue todo lo que pude decir, porque acto seguido me puso un pañuelo en la boca con cloroformo y me dormí.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Juego Peligroso: capitulo 5



CAPITULO 5:


Al cabo de un rato, una voz suave y aterciopelada me despertó:
-Ya era hora de que te despertases. Creí que ibas a estar durmiendo toda la noche.
Empecé a abrir los ojos, y por fin pude ver a mi salvador: Matt. Estaba totalmente desconcertada: si no me había dirigido una sola palabra en todo este tiempo, ¿por qué se estaba comportando así conmigo?¿cómo había dado conmigo en ese callejón?¿me había estado siguiendo?¿y si era así porque? Tenía tantas preguntas que hacerle, y lo único que hizo cuando iba a abrir la boca fue ponerme un dedo encima para que no hablase, como si supiese lo que iba a decir.
-Todo a su tiempo,-me dijo-ya me preguntarás lo que quieras.
Entonces, salió de la habitación y volvió con una bandeja llena de bollos de chocolate.
- Toma, coge los que quieras. Tengo más.
- No me apetece. Pero gracias de...
- ¡Coge uno y deja de quejarte! Necesitas reponer fuerzas.
- Está bien. No tenías por que ser tan borde.
- Lo siento, de verdad. Es que me he quedado con ganas de más pelea. Incluso he roto uno de los jarrones de mi madre, así que imagínate.
-Créeme. Ese se acordará toda su vida. Por cierto, gracias por salvarme.
- Ey, tranquila. No me tienes que dar las gracias.
-Por cierto, ¿qué hacías allí a esas horas?¿Me estabas siguiendo?
-¡NO! Solamente pasaba por allí.
-Si, y yo soy tonta y me chupo el dedo. De verdad, ¿qué hacías allí?
-Sabía que iba a pasar algo. Tenía un presentimiento, y me dejé caer por ahí. Y bien que hice en ir. Si no, a saber que te habría pasado.
-Ya...la verdad es que en eso tienes razón.
A aquellas alturas yo ya me había zampado tres bollos rellenos de nata. Tenia tanta hambre que parecía que no había comido en semanas.
-Parece que tienes hambre. ¿Te traigo más?
-No gracias, que si no te dejo sin ninguno.
Justo en ese momento me sonrió como nunca lo había hecho. Justo en ese momento supe que tenia que ser mío. Justo en ese momento, supe que estaba completamente enamorada de él. Y, justo en ese momento, supe que Matt no era un chico normal y corriente, y que ocultaba más de un secreto.

Juego Peligroso: capitulo 4

CAPITULO 4:


Pasaron los días y Matt no me dirigió una sola mirada, y aún menos una palabra. Yo ya estaba cansada de intentarlo todo, así que me decidí por pasar de él como él hacia conmigo y olvidarle. Pero cada vez me resultaba mas difícil porque cada día me gustaba más. Amy seguía desaparecida porque ya no se venía con nosotros. Es más: ahora ella también estaba siguiendo a Matt como si la fuese a hacer caso. Tal vez por eso ahora nos llevábamos tan mal. Lo que pasa es que él también pasaba de Amy, lo cual era un alivio para mí.
Uno de esos días me quedé estudiando hasta tarde en la biblioteca del instituto porque al día siguiente tenia examen de Historia. La verdad es que no me dí cuenta y se me hizo de noche, algo que no me gustó cuando me acordé de que el coche estaba averiado y tenía que ir andando. Las calles de Los Ángeles eran peligrosas, y mas aún por la noche. Todo estaba lleno de ladrones, mendigos y vagabundos. Vi que alguien me seguía, e intenté hacer un atajo por un callejón por el que pasaba de pequeña para adelantar, pero tenía un problema: no tenía salida, ya que la habían tapiado. Me decidí a girar cuando me encontré con el hombre que me había estado siguiendo. Este tenía una sonrisa de superación que lo decía todo: me había conducido hasta ese callejón como un pastor que conduce a su rebaño. Ahora sí que estaba perdida, y dentro de poco me podían dar por muerta. No había escapatoria, así que me preparé para lo peor. Me apoyé en la pared, me senté en el suelo y cerré los ojos llorando hasta que llegase lo peor. Pero en aquel momento no ocurrió nada. Espere y espere y no sentí nada. De repente oí un golpe, como si hubiesen estampado a alguien contra la pared. Abrí los ojos y vi a un chico levantando al hombre y pegándole un puñetazo del que estoy segura que le rompió la nariz. De repente, ese chico se acercó y me empezó a decir algo que no pude entender.
-¿Estás bien?¿Te ha hecho algo?¡Vámonos de aquí!
Pero yo no podía moverme. Estaba completamente paralizada por el miedo, por lo que él me cogió en brazos y me llevó rápidamente hasta su coche. Estaba temblando, así que antes de arrancar el motor se quitó su chaqueta y me la puso por encima. La verdad es que su cara me sonaba, pero no podía distinguirle con los ojos llorosos.
Un rato después llegamos a una casa, el chico paró el coche y me sacó de allí casi en volandas, como si fuese una pluma. Lo último que recuerdo haber oído es:
-Tranquila. Ya hemos llegado a casa. Ya estás a salvo.
Y después me dormí.

lunes, 19 de octubre de 2009

Juego Peligroso: Capítulos 2 y 3

Ola!!
weno, pues resulta que cmo estos dias no kreo q pueda actualizar xq tngo clases asta muy tarde, voy a subir otros dos capitulos mas de la storia q stoii scribiendo, "Juego Peligroso". Espero q os guste^^

CAPITULO 2:

El instituto, como todos los años, estaba lleno de chicos con ganas de volver a ver a sus compañeros y de contarles lo maravillosamente bien habían pasado ese verano en esa playa tomando el sol o en aquella otra costa ligando. La verdad es que yo tenia ganas de ver a mis amigos, Michelle, Amy y Damon. Michelle era alta, morena y con los ojos marrones. Siempre iba a la ultima y, aunque odia como voy vestida, me lleva soportando desde los tres años, cuando nos conocimos. Estaba radiante de alegría por verme, y llevaba una camiseta azul que no había visto nunca de Dolce & Gabbana. Amy, en cambio, era castaña, pero se lo había teñido de rubio el año pasado. Era bajita pero muy guapa, y siempre tenia a medio instituto detrás suyo. Pero últimamente se había distanciado de nuestro grupo y no sabía por qué. Por ultimo, estaba Damon, un chico rubio con ojos azules que medía a finales del curso pasado 1,80 m, y yo creo que había vuelto a crecer. Él era ‘heavy’, también estaba en otro grupo, y además vino a este instituto el año pasado.
Después de saludarles y de darles los regalos que tenía de España, Michelle y yo nos dirigimos a nuestra primera clase: Historia del Mundo Contemporáneo. Las primeras horas transcurrieron como siempre, lentas y aburridas, hasta que en la ultima hora, me percate de que había en mi clase de Arte un chico nuevo guapísimo. Su pelo era de un tono tan oscuro como el carbón y unos ojos tan negros que era difícil no perderte en ellos. No se si él se dio cuenta de que estaba ahí, mirándole fijamente como una absurda, pero Damon, que era mi compañero de mesa si que se fijó y me susurró:
-Se llama Matt, y es amigo y compañero mío en mates. Además, es el guitarrista de mi grupo.
-¿Qué!¿Lo dices en serio?
-Sí, ¿Por qué te iba a mentir? Nos llevamos bastante bien.
Yo en ese momento ya estaba hiperventilando, cuando, de repente, Matt miro en mi dirección y me puse roja como un tomate. La verdad es que no tenia muchas pinta de ser un buen estudiante: llevaba una camiseta de un grupo y unos anchos vaqueros con cadenas. También desde donde yo podía divisar, se había tirado toda la clase escribiendo algo que supongo que sería una letra de una canción, porque después saco una hoja de pentagrama y se dispuso a escribir pequeñas notas. Por fin terminó la clase y también mi suplicio de no poderle mirar para que no se diese cuenta. Damon me dijo:
-Andy, si quieres te lo presento, que ahora nos vamos a comer.
-Anda, ¡lárgate y ya hablaremos!¡Adiós!

Desde aquel momento en el que Matt me miró supe que mi vida iba a cambiar por completo.


CAPITULO 3:

Poco después de llegar a casa, ya que me había entretenido discutiendo el tema con Michelle, me di cuenta de que tenia tres mensajes de voz en el móvil: una era de mi padre, diciendo que iba a llegar muy tarde y que no le esperara para cenar, y otras dos de Damon, para que fuese a su garaje a verles tocar y me presentase a Matt. Cuando me disponía a llamarle, volvió a sonar el teléfono. Era mi madre, que se había preocupado porque no había llamado cuando llegué a Los Ángeles. Hablé con ella y acto seguido le envié un sms a Damon para decirle que a las seis de la tarde estaría en su casa.
Comí algo, me dispuse a estudiar algo de historia para el día siguiente, y me cambié de ropa para ir a casa de Damon. Me puse uno de los vestidos que mas me gustaban: negro, con tirantes, un corsé por la cintura y la falda por la rodilla, y me puse mis botas favoritas de tacón. Lo único que quería hacer en ese instante es volver a ver a Matt.
Estuve allí una hora y media y luego nos tomamos un pequeño descanso de tanta música a todo volumen. Damon me presento a todo el grupo, incluyendo a Matt, que hizo lo posible por evitarme. Lo volví a intentar cuando estábamos tomando algo en el salón de mi amigo, pero volvió a pasar de mi como si fuese invisible. Solo me miró una vez y encima con desprecio. Así que cuando llegue a casa llamé a Michelle para hablar del tema y después me tumbé en mi cama llorando hasta que me quedé dormida.

Juego Peligroso: Prólogo y Capítulo 1

PRÓLOGO:

1 de septiembre de 2008:

En ese momento eran las ocho y cuarto de la mañana. Acababa de subir al avión que me llevaría a Los Ángeles, donde vivo con mi padre. Me acababa de despedir de mi madre, que vive en Barcelona.

Llegue a Los Ángeles como a las cinco de la tarde, donde me esperaba el chófer de mi padre para llevarme a casa. Por suerte, no tuve que esperar a que sacasen las maletas del avión, puesto que solo llevaba dos pequeñas bolsas de viaje en el compartimento de mi asiento. Poco después llegue a casa, donde me esperaba mi padre, contento de verme después de todo el verano en España. Cogí un trozo de pizza que estaba en el horno y me dispuse a comerlo. Después, subí a mi habitación y me fui a dormir. Mañana empezaban las clases e iba a ser un día muy largo. Y presiento que con la llegada a casa iban a cambiar muchas cosas, todas desconocidas para mi...



CAPITULO 1:

Por cierto, un pequeño detalle: me llamo Andrea, y tengo 17 años. Soy rubia con los ojos verdes y mido 1,7 m. Vivo con mi padre en Los Ángeles, aunque yo nací en Barcelona, donde vive mi madre Ángela, a la que solo veo en verano.

Me levanté al día siguiente a las siete de la mañana. Me duché y me puse rápidamente una camiseta negra (aunque casi todas lo son), un pantalón rojo de cuadros escoceses y unas bailarinas negras. La verdad es que esta ropa es la más normal que tengo, ya que la mayoría de zapatos son botas con plataformas y la ropa que mas abunda en mi armario son faldas largas, vestidos con vuelo y corpiños. En definitiva, me considero una chica a la que le gusta el estilo gótico: mi habitación esta llena de pósteres de grupos, mis colores favoritos son negro y rojo, llevo el pelo por la altura de la cintura y estoy en un grupo, aunque mas bien soy la que lo creó y la voz principal. Después de vestirme baje rápidamente las escaleras para desayunar. Mi padre ya se había marchado. Pasaba poco tiempo con él, pero era mucho mas comprensivo que mi madre. Acto seguido cogí el coche y me dirigí al instituto, que estaba a veinte minutos de mi casa.

Presentacion de Luna Nueva en la FNAC


Bueno, pues nada, qe mañna me voy a un pase que haran en la FNAC en Madrid sobre Luna Nueva, y pondran el trailer, unos videos musicales, ojala q de Muse y extras...a ver q tal se da la cosa y ya os contare va??besitos^^

domingo, 18 de octubre de 2009

Vampire Diaries ^^







Weno, pues aQi tnemos unas fots para Qien las Qiera (ire subiendo poco a poco) d los protas d Vampire Diaries, spero q las disfruteis^^
PD: la foto de arriba es del ultimo episodio emitido, el seis, "Lost Girls"

Nuevaa!!


Bueno, pues nada, que me acabo de hacer este blog donde colgare mis propias historias, fotos, y demas sobre Crepúsculo y Vampire Diaries (Cronicas Vampiricas) =)

Un beso!^^