viernes, 19 de marzo de 2010

Juego Peligroso Capitulo 15:

CAPITULO 15:



Me desperte a la mañana siguiente a las 7 de la mañana. Aunque habia estado despierta hasta altas horas de la madrugada, no tenia sueño. Era mas, el nerviosismo y el cansancio actuaban en mi como si hubiese tomado cafeina: no paraba quieta en ningun momento. Me dolia el brazo herido ya que llevaria toda la noche apoyada encima de el, y por la altura de mi cintura tenia la fina sabana de la cama. Matt. Entonces me di cuenta de que el habia dormido alli, conmigo. Me recoste enseguida para encontrarle con la mirada, pero lo unico que vi fue el resto de la cama vacia. Se habia ido ya. Busque algun indicio por la habitación de que el siguiese aquí, pero no encontre ninguno. Solo habia una pequeña nota encima de la mesilla de noche donde decia que se habia ido y que me habia dejado unos bollos para desayunar en la cocina. Me levante con suma lentitud y me volvi a poner el batin rojo para bajar a la cocina y comerme el desayuno que me habia preparado Matt. Eran de esos bollos de chocolate y nata que una vez comi en un sueño, en su casa, que habian echo que me hubiese puesto enferma. Asi que en vez de comermelos todos, me prepare un vaso con zumo de naranja, ya que el café no me vendria bien para relajarme. Al terminar lave los platos cuidadosamente, los guarde, y me dirigi de nuevo al piso de arriba, a darme una ducha bien fria que me despejase la mente.

No tarde mucho en salir, me seque el pelo con la toalla y me lo cepille, para despues comprobar que la mordedura del vampiro seguia igual de siempre. Me puse un vestido negro bastante sencillo, de algodón y muy fresquito, pese a que estabamos a principios de octubre. Estaba terminando de hacer la cama cuando me percate de que ya eran las diez. Mi padre estaba a punto de llegar y tenia que cubrirme el cuello con algo. Si viese esa cicatriz...le daria algo. Me puse una torera negra con cuello e hice tiempo recolocando todo lo de mi habitación en su sitio hasta que llego mi padre. El ya sabia lo del accidente que hubo en el callejon, asi que no se extraño al verme el brazo escayolado. Dejo las maletas en el recibidor y se acerco a mi casi corriendo para abrazarme. Me pregunto miles de veces que que tal estaba, a lo que yo siempre le contestaba que mucho mejor, no habia porque alarmarle mas de lo suficiente. Volvi a subir a mi habitación, necesitaba hacer algo que me tuviese entretenida hasta que llegase Matt a mi casa. El no habia dicho nada sobre la declaracion que le hice por la noche, lo que queria decir que estaba indeciso. O eso supongo yo que queria decir. Estos pensamientos duraron poco ya que, cuando llegue a mi habitación, encontre sobre la cama el papel donde habia escrito Matt que se iba. Que raro. Juraria que lo habia tirado a la papelera, pero aun asi lo volvi a coger. Estaba del reves, y habia algo mas escrito. Solo ponia: “Huye de aqui”.

Un escalofrio me recorrio la espalda. ¿Quien me habia escrito eso en la nota?¿y como podía haber subido hasta mi habitacion? Estaba aterrorizada. Sali casi corriendo de mi cuarto como si fuese una casa embrujada, le dije a mi padre que salia un rato y cruce el umbral de la puerta que conducia a la calle. Necesitaba tranquilizarme un poco, estaba demasiado alterada, y tal vez el aire me ayudaria un poco a recuperar el aliento y a regular de nuevo los latidos de mi corazon. Me meti por un parque cercano a mi casa que siempre estaba lleno y me sente en uno de los bancos que habia enfrente del pequeño estanque a observar los patos. Habia elegido ese lugar porque era una zona muy transitada, con lo que no me podía pasar nada sin que la gente lo viese. Esperaba que eso funcionase. Pero entonces una voz muy hermosa me sobresalto.

  • ¿estas buscando algo?

  • ¿Que...? - tenia el corazon en un puño por la sorprendente aparicion de aquel individuo. Despues me di cuenta de por que me habia echo esa pregunta: me habia quedado embobada mirando el estanque. Tambien me di cuenta de mas cosas. Ese era aquel chico alto y guapo que me habia salvado la noche anterior de las garras del vampiro.- ¿Que quieres?

  • Creo que en la nota se explicaba mi peticion, ¿no?

  • Entonces has sido tu el que me ha escrito eso y lo ha dejado encima de mi cama. ¿Sabes que el ayanamiento de morada es un delito?

  • Solo estoy intentando protegerte.

  • Ya lo se. Si no, no me habrias ayudado esta noche pasada. Pero no me voy a ir de aquí.

  • Entonces te mataran. Y yo no voy a estar siempre ahi para evitarlo.

  • Nadie te ha pedido tu ayuda. Y si yo me voy de aquí, ¿que pasara con mi familia?

  • No lo se, pero la que importa aquí eres tu.

  • ¡Y una mierda! No me ire sin mi familia ni mis amigos. Sin mi no pueden protegerse.

  • No es que tu te puedas proteger mucho por ahora. Mirate: un brazo escayolado y no tienes ningun entrenamiento de supervivencia.

  • Yo se lo que hago. Ademas, no se porque deberia hacerte caso si nisiquiera te conozco.

  • Te salve la vida.

  • ¿Y? ¡No se ni como te llamas!

  • Pronto lo averguaras. Mas pronto de lo que imaginas.

Solo me gire un momento en la otra direccion y ya habia desaparecido. No entendia nada de nada. ¿Como me podía haber encontrado aquel chico castaño con ojos verdes? Tal vez me habia seguido desde que sali de casa. O mejor dicho, desde mi casa. Y tambien seguia sin entender que queria el chico. ¿por que me ayudaba? No hacia mas que preguntarme cosas que no tenian respuesta, al menos de momento, mientras me dirigia a la salida del parque. Alli tampoco estaria segura. Di un largo paseo por la ciudad, pase cerca de otro parque y del instituto. Ahora mismo tendria que estar en clase de arte, y no por la calle dandole vueltas a la cabeza. Hacia frio, pero no me importo. Por suerte, ya no llovia, habia parado antes de que despertase. Me di cuenta de que ya era la una de la tarde, y decidi volver a casa. Estaba tardando mucho y mi padre se habria preocupado.

Cuando llegue olia a comida, diria que mi padre estaba haciendo pizza...y que se le estaba quemando. Corri hacia la cocina y apague el horno. Cuando saque la pizza estaba completamente chamuscada. Era de estas pizzas precocinadas, ya que mi padre no sabia cocinar, y yo no estaba en condiciones con el brazo asi. El llego justo en ese momento a la cocina, mirando a la pizza quemada.

  • Me parece que le puse mas tiempo del que debia.

  • O mas fuerte de lo debido.

  • Lo siento. No queria que cocinases nada con el brazo asi, asi que la cogi y la puse en el horno. Ya sabes que no se cocinar.

  • No pasa nada papa. Gracias. Aunque habra que quitarle todo lo quemado, o lo que se pueda. Si no, no es comestible.


Nos sentamos a la mesa mientras hablabamos de que tal habia ido la reunion tan larga que habia tenido. Nisiquiera habia sido en Los Ángeles.

  • Pues te he cogido un pequeño regalo.

  • ¿Que?¡Papá!¡No hacia falta, ya lo sabes! Creo que ya tengo suficientes cosas.

  • Pero todavia no tienes nada de este tipo. Ademas, te va a encantar, que te conozco.

  • Bueno, ya te he dicho que no queria nada, pero aun asi muchas gracias papa.

  • No hace falta cariño. ¿Que te parece que ahora nos demos una vuelta por el parque que hay cerca de casa?

  • Lo siento mucho, estoy muy cansada. Ademas, me duele la cabeza. Creo que ahora me voy a tumbar un rato. Y tu deberias hacer lo mismo, acabas de llegar a casa.

  • La verdad es que tienes razon. Me subo un rato a mi dormitorio. Si quieres algo avisame ¿esta bien?

  • Si papa. Gracias de nuevo.

  • De nada cielo. Descansa -se levanto de la mesa, recogio los platos, me dio un beso en la nuca y se fue al piso de arriba- por cierto, tu regalo esta en la habitacion.


Yo me quede un rato mas sentada en la cocina, meditando sobre lo ocurrido, otra vez. Queria contarles a Michelle y Damon todo lo ocurrido, pero no podía, porque les pondria en peligro, y segundo, por que nisiquiera me creerian. Simplemente les estaba ocultando un secreto. Yo nunca les guardaba secretos a ninguno de los dos. Les contaba todo, tarde o temprano, y si no, ellos mismos se daban cuenta. Pero sobre estos ni siquiera sospechaban, ¿como lo iban a hacer si ni yo creia que esto estuviese pasando de verdad?

Y el otro interrogante: ¿que tenia que ver con todo esto Matt?¿como sabe todo lo de los vampiros?¿quien se lo conto? Aunque ya habiamos hablado los dos muchas veces de esto, siempre quedaban preguntas sin contestar, y el nunca mento este tema. Pero estaba dispuesta a correr el riesgo de enterarme, por peligroso que fuese. Y me iba a enterar pronto, tal vez demasiado pronto.

martes, 2 de febrero de 2010

Juego Peligroso Capitulo 14:

CAPITULO 14:


Como no queria que Matt me viese en camison, me puse mi batin favorito, uno rojo de terciopelo precioso. Dijo que tardaria como mucho veinte minutos en llegar, pero acabo llegando el doble de tarde. Me puse nerviosa porque no llegaba, creia que me iban a volver a atacar, o no se. Pero necesitaba verle para tranquilizarme. Hasta llegue a pensar que me estaba volviendo loca, que todo lo que me estaba ocurriendo no era real. Pero si lo era, y yo no estaba loca. Me mire frente al espejo y ahi tenia dos pruebas muy claras de que esto era la pura realidad: mi brazo roto y la cicatriz de mi cuello. Genial. Estaba viviendo una autentica pesadilla. Cada vez estaba mas nerviosa, daba vueltas por la casa en busca de algo que me tranquilizase, pero no lo conseguía. Entonces, se me ocurrio mirar el telefono, aver si habia llamado y no lo habia oido. Habia un mensaje en el buzon de voz, pero no era de Matt, si no de mi padre, diciendo que hoy no iba a ir a dormir a casa, porque tenia mucho trabajo. No me parecio muy raro. Es mas, me parecio hasta bien, no sabia que habría pasado si estuviese mi padre en casa cuando me atacaron.
Por fin llego Matt. Estaba impaciente por contarle lo ocurrido, y el por enterarse. Se lo conte todo con pelos y señales, desde que llegue a casa, hasta que le llame. Le conte tambien que me habian salvado.
-¿Que vamos a hacer? -pregunte yo- ¡ya estoy harta de esto!
- Pues de momento no te puedes quedar en esta casa bajo ningun concepto por la noche, ya que yo no te puedo proteger. Y puede que a la proxima te cojan -me entro un escalofrio- menudos cabrones, hijos de...
¡no me puedo ir! ¿que le diria a mi padre?¿que me tengo que ir porque me han atacado unos vampiros? Ademas, el no se va a querer ir de esta casa, y si no es a mi, le pueden hacer algo a el. No me lo perdonaria en la vida...
pero no podemos hacer otra cosa. Hasta que no matemos a los vampiros que te quieren, no puedes volver aquí de noche.
¿Y si vienes tu?
¿Perdona?
si.....me refiero, a que en vez de irme yo y dejar a mi padre expuesto al peligro, te vienes tu unos dias a mi casa a dormir hasta que haya pasado el peligro o pueda defenderme. ¿No crees?
Es una buena idea, desde luego. Aunque hoy si que me voy a quedar aquí, por si ocurren mas ataques. Ademas, no hay problema porque mis padres se levantan cuando yo ya me he ido. Lo que pasa es que para los siguientes dias necesitare una excusa.
Bueno...el chico que me salvo le mintio al otro para no seguir buscando. Le dijo que nos ibamos una semana de intercambio fuera de Estados Unidos. Puedes decirles eso.
Eso no va a colar. Tal vez le podriamos decir que me voy a quedar unos dias en casa de Damon. Tu amigo puede cubrirnos, ¿no crees?
Puede ser...
Bueno, ¿y de lo demas que tal vas?¿como llevas el brazo?
ehmm...no va mal. La herida del cuello tampoco. Esta cicatrizando muy rapido, por suerte.
Esta bien. Otra preguntita: ¿donde puedo dormir yo?
Pues hay una habitación de invitados aquí al lado, ven conmigo.

Estuve a punto de decir que se quedase conmigo, pero me parecio demasiado lanzado. Aunque despues de lo de esta tarde, me atrevia a hacer cualquier cosa.
Matt ya estaba durmiendo, pero yo no podía conciliar el sueño. Lo unico que hacia era llorar. Lo que no me habia deshaogado despues del ataque, lo estaba haciendo ahora. Pero no era solo por el sock del ataque, si no tambien por el hecho de que parecia que Matt no queria hablar conmigo sobre lo pasado aquella tarde en su casa, o que no queria razonar cuando le hable de aquel chico que me habia salvado la vida.
Me di cuenta de que no conseguiria calmarme hasta hablar con el, asi que me levante de la cama a oscuras y me dirigi a la habitación de invitados donde Matt dormia.
Abrí con cuidado la puerta, y ahí estaba él, durmiendo.
-Perdon, ¿puedo pasar? -dije dando unos pequeños golpes, los suficientemente fuertes para despertarle.
-eh...claro. Pasa, pasa -estaba mas dormido que despierto, pero aun asi no le molesto que le hubiese despertado- ¿que quieres?
necesitaba hablar contigo, no podía dormir.
Esta bien, ven aquí y cuentame que te pasa. Aunque es normal que despues de todo esto estes asustada.
no. no es por eso, Matt. Joder, ya estoy harta de todo, ya no puedo fingir mas. No lo aguanto. Intento pasar de todo esto, pero no, no puedo, yo...- me dirigi hacia la ventana, por donde se veia la fina lluvia que caia desde hace un rato.
Si no me cuentas lo que te pasa no te puedo ayudar.
¿Pero es que no lo entiendes? Con todo esto estas intentando evitar hablar sobre lo de esta tarde. Y a mi me duele que estas cosas no te causen efecto alguno, que las evitases como si nunca hubiesen pasado, como si no te importase nada.

Entonces el comprendio a que me referia:
¿Pero, entonces, te refieres a...? ¿te refieres al beso?
Si, me refiero al beso.
Pero no estoy evitando el tema, solo que no ha habido ningun momento para hablar de eso. Ademas, ¿que tenemos que hablar sobre eso? No lo entiendo...
No es solo respecto a lo del beso.
Entonces, ¿en cuanto a que?
A que te amo, so idiota -dije sollozando, casi no se me entendia cuando hablaba- se que tu no piensas lo mismo sobre mi, pero no lo puedo evitar. No se que haria sin ti. Me querria morir.

Hubo un momento de silencio, que a mi me parecio extremadamente lento e insoportable. Ademas de mi lloro, todo estaba en calma en la habitación. El estaba con expresion de sorpresa, como si no lo supiese de antes. Pero su rostro cambiaba cada dos por tres entre dolor, desconcierto y vergüenza. Por fin, Matt hablo:
escucha. Mira, me ha pillado por sorpresa, no te puedo contestar. Es que...ni aunque quisiese, no te puedo decir nada ahora. Lo siento. Pero por favor, deja de llorar.
¿Puedo dormir a tu lado, por favor?

En vez de contestarme otra vez, se acerco a mi y me abrazo con ternura, como un niño pequeño que abraza a su oso de peluche con cariño. Me llevo a la cama para que me sentase, y con cuidado de no hacerme daño en el brazo herido, me tumbo en la cama y recosto mi cabeza en su pecho. Poco a poco mis sollozos fueron disminuyendo, hasta que me quede dormida en sus brazos.